Jugando aprendo parte 1

 Jugar es más antiguo que la cultura misma, mal definiendo cultura ya que siempre la cultura está relacionada con los animales humanos. Sin embargo, los animales no esperaron a que los humanos les enseñaran a jugar. 

 -Johan Huizinga 

 La Doctora Marina Davila -Ross estaba extrañada por el comportamiento de unos gorilas que vio como después de que uno de ellos tocó suavemente a otro, este comenzara a correr tras de el que le tocó. Pero, más extrañada quedó cuando después de alcanzarlo este lo tocaba de vuelta para echar a correr. 

 En pocas palabras estaban jugando a píllame. 

A la Doctora le surgió la curiosidad de ver si las colonias de gorilas en otros zoos hacían lo mismo y preguntó. La contestación de cinco zoos fue positiva. Su estudio comenzó a tomar forma y claro, encontró que los gorilas jugaban como sus hijos, tocándose corriendo y cambiando quien persigue a quien. Cualquiera de ustedes que es padre sabe que a los niños les encanta estos juegos de perseguir o ser perseguidos. Y saben que se divierten cuando gritan de emoción como lo hacemos nosotros los animales. Es más, yo sé que los que son de la generación de los 80´conocen el video juego Pac-Man y que quien lo jugó se acuerda de la sensación de emoción cuando te perseguía el gusano para comerte. Esa emoción está en todos los animales al igual que ustedes. Cuando los animales corremos de un depredador real el motivo es miedo, cuando estamos jugando el motivo y la sensación es divertirse. 

 El juego es igual para todos en el mundo de los animales. Y se encuentra en ustedes al igual que en monos, gatos o lagartijas. La pregunta es: ¿Por qué el juego es tan universal? Y la respuesta más común es que los animales jugamos para desarrollar el instinto de sobrevivencia. Otra respuesta sería que lo hacemos durante los primeros años de nuestra vida para luego poder interactuar con otros animales. Pero hay una tercera respuesta y es que lo hacemos por pura diversión al igual que ustedes. 

 A finales del siglo diecinueve un famoso psicólogo llamado Karl Groos explica en su libro “ The Play of Animals” que la universalidad del juego viene por la selección natural. O sea, los animales no jugamos porque si, o porque nos queremos divertir si no que tenemos un periodo de tiempo en nuestra juventud en el que usamos el juego para desarrollar habilidades que necesitaremos más tarde en nuestras vidas. Esto es así tanto para nosotros los animales como para ustedes los humanos. Los juegos que se practican en la juventud van a servirnos para poder cazar, escapar de depredadores y comportarnos en el entorno social. 

 

Por ejemplo, los Leones. Busca en YouTube y encontrarás cientos de videos de leones jóvenes jugando a pelearse. Los leones se pasan el día persiguiéndose, embistiéndose, arañándose y mordisqueándose puesto que están aprendiendo las habilidades que necesitan para poder sobrevivir. Los leones viven en grupos pequeños y unidos. Estos grandes gatos son los más sociables dentro de los felinos. Las Leonas aprenden desde muy pequeñas a ser las defensoras de los cachorros y a organizar las cacerías para un ataque eficiente. Los leones son animales con un corazón relativamente pequeño así es que producen poca estamina y los ataques deben de ser muy concisos y rápidos para poder vencer a sus presas. Para los cachorros de león es muy importante que aprendan esta técnica ya que se tendrán que marchar de la manada cuando lleguen a una edad adulta y tengan que formar su propia familia. 

 No hace falta ir al Serengueti para ver estos juegos de supervivencia. Basta con ir al parque y observar a las ardillas perseguirse haciendo piruetas y equilibrios en las ramas y los cables de la luz. Las ardillas jóvenes se persiguen para desarrollar unas habilidades cruciales que van a necesitar en su vida adulta para alimentarse y también para sus rituales a la hora de escoger sus parejas. Las ardillas pueden oler a las hembras cuando están en época de reproducción así es que tiene que perseguir a las hembras para poder sentir ese olor especial y va depender de lo rápido y ágil que sea este macho para asegurar a sus progenitores. 

El oso pardo del Norte de Europa, Asia y Norte América están entre los carnívoros más grandes del mundo terrestre, ellos y su primo el oso polar. Dentro de los osos pardos hay muchas subespecies, entre ellas el famoso grizzli de Alaska, Oeste de Canadá y parte del Norte de Norte América. La hembra de oso pardo tiene típicamente tres oseznos que dependerán de su madre durante casi los tres primeros años de sus vidas. 

Los osos pardos machos, no solo no toman parte en la cría de los oseznos si no que los pueden incluso llegar a matar para poder aparearse con sus madres. Es por eso que desde muy temprana edad deben de aprender a defenderse y este aprendizaje lo adquieren jugando a luchar entre hermanos durante horas y horas todo el día, sin embargo, lo hacen con delicadeza sin hacerse daño. Es como si supieran que están entrenándose y solo necesitan la fuerza y los reflejos para poder luchar contra un potencial rival cuando la madre no esté ahí para defenderlos. 

 Pero no solo los depredadores juegan. También las presas lo hacen. Para sobrevivir las presas necesitan ser ágiles y fuertes. El ciervo de cola blanca que se encuentra desde Canadá hasta Perú tiene muchos depredadores, no solo a ustedes y los coches que conducen. También tiene que evitar a los leones monteses, los jaguares, los caimanes, los gatos monteses, los lobos y los osos. Están en alerta todo el tiempo. Afortunadamente pueden arrancar a correr muy rápido para llegar a los 70 kilómetros por hora y pueden dar saltos en vertical de casi tres metros de altura. Estas habilidades las adquieren los cervatillos jugando entre ellos para fortalecer sus músculos y los reflejos necesarios para escapar de sus depredadores. Esta es otra forma de jugar para la supervivencia. 

 Y así podemos ir incluyendo las gacelas y otras presas del mundo animal las cuales adquieren esos músculos y reflejos jugando cuando son jóvenes con sus hermanos y en algunos casos otros miembros jóvenes que son parte de la manada. Sin olvidar que en algunas ocasiones las madres también juegan un papel muy importante en esos juegos para la sobrevivencia. 

 Conclusión 

Quizás ustedes los humanos cambiaron las lanzas por potentes rifles y camionetas de todoterreno para cazar como evidencian las pinturas de las cavernas. También ustedes en un momento dado de su evolución eran presas de los depredadores y por ello los juegos que ahora siguen practicando en algunas de sus culturas son en su mayoría luchas entre individuos donde adquieren agilidad, músculos y reflejos. Sin embargo, esto no les va a ser útil para la supervivencia y lo usan como mera diversión que en su mayoría llegan a ser crueles y sangrientas. Por lo tanto, el juego por la supervivencia de los animales y el de los humanos están muy cercanamente ligado, aunque el de los humanos se puede considerar como el recuerdo de una era pasada. 

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