La intención de nuestros sonidos



La Intención de nuestros sonidos

 


Hay sonidos de animales que son audibles todos los días cuando. Si hacen senderismo en un bosque, caminando dando un paseo por la playa, o caminando por el paseo del Prado en Madrid. Ustedes estarán rodeados de las llamadas de toda clase de animales. Pueden ser canciones o la comunicación directa hacia otros animales, los cuales entenderán esos sonidos. La comunicación de los animales la hacemos bien sea porque, hay enemigos, comida, u otras circunstancias en las que sabemos que nos tenemos que comunicar. 

Grevol Engolado

Pero no todos los sonidos son producidos por nuestras voces, por ejemplo, el grevol engolado.




Este pájaro hace un sonido como el de un tambor en baja frecuencia que se puede oír a medio kilómetro. 

También quiero comentar que algunos animales, pájaros en su mayoría, se comunican sin emitir ningún sonido. Un ejemplo de esto es el pavo real que con su extravagante plumaje es capaz de atraer a las hembras, alejar a rivales y evitar depredadores. Los pavos reales pueden hacer vibrar sus enormes colas tan fuerte que llegan a hacer un sonido de una frecuencia muy alta, el cual hace que las crestas de las hembras se agiten vigorosamente. 

Las canciones de los pájaros que tanto aprecian ustedes son más que simplemente maravillosas.  Sirven un propósito específico. Los pájaros llaman a sus parejas, encuentran a los miembros de su grupo, se proclaman territorios, advierten a los intrusos, avisan cuando hay depredadores cerca y muchas otras funciones. 

Carbonero común

Un estudio reciente entre japoneses y suizos descubrieron que el carbonero común con cabeza negra y mofletes blancos de todos conocido, usa la sintaxis cuando se comunica. 

https://phys.org/news/2016-03-syntax-unique-human-language.html

  Ustedes siempre creyeron que una de las cosas que los distinguían de los animales era el uso del lenguaje, y cómo combinaban las palabras con el uso de la sintaxis para darle un sentido u otro a las cosas que querían comunicar.  Pues bien, este estudio demuestra que estos pajaritos comunes usan la sintaxis también.

Indicador grande

Hay otros pájaros que han evolucionado usando sus cantos para comunicarse con ustedes.  En la reserva de Niassa en Mozambique un pájaro llamado acertadamente “el indicador grande” salta su atención cuando ustedes lo llaman “Brrrrrrrrhmmm”.


Este pequeño pajarito marrón que solo pesa 1.7 onzas se acerca rápidamente al humano que produjo el sonido y se le sube al hombro para guiarlo al nido de abejas salvajes más cercano. Una vez que los humanos recolectan la miel, estos comparten la cera con el pajarito.  Esta relación de humanos y pájaro lleva existiendo desde hace miles de años y estos pájaros no necesitan ninguna clase de entrenamiento. Desde que este pajarito nace ya sabe cómo trabajar con ustedes. Es más, algunos de estos pájaros solo van a trabajar con los humanos que ellos eligen.

Cantando en las ciudades

No es novedad encontrarnos con que las ciudades de casi todo el mundo se hacen más y más ruidosas. Se estima que unos seis decibelios más cada año. Y todo esto producido por el aumento de la población, del tráfico, de las sirenas, las construcciones, etc. Esto a ustedes no les afecta a penas, pero a los pájaros que viven en sus ciudades, para ellos si tiene una grave consecuencia ya que estos animales usan sus voces para llamar y atraer a sus parejas y advertir de algún peligro a los miembros de su especie.  Así es que si no pueden oírse, esto los hace vulnerables a los depredadores e interrumpe sus hábitats.  Para solucionar esto los pájaros comenzaron a cantar con un registro de volumen más alto, y así los demás pájaros los pudieran escuchar.  Pero, un estudio del biólogo David Luther expone una desventaja de esta práctica, en principio.  Ya que los pájaros dañaban sus voces y también su ecosistema.  Curiosamente durante la pandemia del Covid-19 los ruidos en las ciudades disminuyeron ya que la actividad humana disminuyó y la vida de los pájaros mejoró radicalmente.

  https://www.duna.cl/tendencias/2020/09/25/como-el-confinamiento-mejoro-el-canto-de-las-aves-y-con-ello-su-calidad-de-vida/

 

 Alex el loro hablador




En septiembre del 2007 la psicóloga Irene Peperberg le decía a su loro gris africano como cada noche, “buenas noches”. Y como cada noche este le respondía “Te quiero mucho, hasta mañana”.  Estas palabras no eran una novedad, ya que, era la rutina de todas las noches y es sabido que los loros imitan los sonidos que los humanos hacéis para comunicaros. Pero, por desgracia para Alex el loro gris africano aquella día fue la última vez que se despidió de la doctora Peperberg. La doctora Peperberg encontró a su loro muerto al día siguiente. El loro tenía treinta y un años.  La doctora Peperberg estaba muy disgustada, no solo porque había perdido a su compañero si no porque en esos momentos estaba haciendo un estudio del sentido cognitivo de los animales.  En 1977 la doctora Peperberg estudiaba su doctorado en la Universidad de Purdeu y un día, vio al loro gris africano “Alex” en una tienda de mascotas.  Después de comprarlo comenzó a enseñarle al loro a decir algunas palabras, las cuales el loro repetía sin problema. Pero la doctora se preguntaba si Alex podía entender las palabras que le estaba enseñando.  Así que, comenzó a ejercer una serie de pruebas para comprobar el grado de conocimientos de Alex y la habilidad de solucionar problemas. Muy pronto Alex comenzó a tener un vocabulario de casi ciento cincuenta palabras.  Muchas de ellas eran referentes a colores, cantidades, medidas y formas para reconocer que es grande y que es pequeño.  En poco tiempo Alex podía contar y hacer sumas muy básicas. Incluso llegó a poder nombrar el color de un papel, la forma del papel y de qué estaba hecho. Podía distinguir su propio color delante de un espejo. Alex planteó la duda entre sus científicos, si es que los animales salvajes pueden llegar a esta clase de conocimientos en sus vidas, fuera del contacto con humanos.   

 

Desde chillidos ultrasónicos hasta ladridos o la llamada de una ballena que caza debajo del agua, nosotros los animales estamos en constante comunicación, como lo están ustedes. Toda la comunicación, desde el canto de los perros basenjis,   https://es.wikipedia.org/wiki/Basenji al ladrido de los koalas, o el chirrido de las lechuzas comunes y el trompeteo de los alces. Todos estos sonidos tienen un propósito específico.  Estudios sugieren que los graznidos, chirridos, clics y gruñidos que se puedan escuchar al azar no solo pueden significar soy un macho, ven a aparearte conmigo o soy un depredador prepárate a ser comido.  El Instituto de matemáticas y biología sintética demuestra con matemáticas muy complejas que incluso hasta el sonido más arbitrario que se pueda escuchar producido por un animal tiene mucho más significado que lo que en un principio se pensó.

Los estudios presentan que, no importa lo simple que estos sonidos parezcan, todos están basados en algún intrincado pensamiento. Por ejemplo, el ruiseñor puede imitar más de cien sonidos distintos y combinarlos en secuencias muy complejas. Cuando el (damán roquero) un animalito peludo que vive en toda la zona subSahariana de África emite apenas tres discretos sonidos, el también puede hacer las secuencias de estos sonidos presumiblemente como una forma de comunicación efectiva. 

Después de grabar la vocalización de murciélagos, carboneros, gorriones, orcas, damán roqueros y orangutanes. Un equipo de investigadores comienza a dividir los sonidos de estos animales en notas musicales.  Al principio pensaron que estos sonidos de llamada eran simples y al azar. Pero se llevaron una sorpresa, ya que se parecían cada vez más a los patrones que ustedes los humanos usan cuando hablan. Y vieron que el carbonero, el gorrión y la ballena tienen unos métodos de comunicación especialmente complejos.  Por lo tanto, lo que parecería un ruido insignificante para ustedes es un infinito intrincado lenguaje que simplemente no han sido capaces de descifrar. 

Muchos de los sonidos que hacemos los animales es una comunicación de dos vías. Un rasgo que ustedes otra vez pensaban único de los humanos.  Cuando un petirrojo emite un agudo “tic tic” cuando ve a un gato, o un ruido como “siiiii” cuando ve un halcón, esto es para advertir a la colonia de petirrojos de los peligros que acechan. No para comenzar una conversación.  Hasta hace poco, ustedes creían que esta manera de “comunicarse a”, en vez de “comunicarse con”, era el único modelo de comunicación que teníamos los animales.  Pero en 2018 un estudio publicado en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, sugiere que los animales tienen comunicación de ida y vuelta. Normalmente ustedes esperan doscientos milisegundos para responder en las conversaciones que tienen. Eso es el tiempo en el que su cerebro reconoce que la otra persona se detuvo y que tiene que preparar una respuesta.  Los estudios una vez más reconocen que nosotros también tomamos turnos al comunicarnos. Los cantos de pájaros normalmente esperan quince milisegundos para responder en una conversación mientras que las ballenas esperma se toman su tiempo.  Unos dos segundos antes de responder.  Curiosamente al igual que ustedes que consideran de mala educación interrumpir al interlocutor, nosotros tenemos formas de tratar a estos interlocutores mal educados.  Un estudio sugiere que los carboneros de capucha negra y los estorninos, practican la no interrupción cuando tienen conversaciones y si algún interlocutor interrumpe los demás individuos se quedan en silencio o echan a volar.  Sugiriendo con esto que la interrupción no está permitida y que en una conversación es necesario dejar que acabe de hablar el individuo que está haciendo uso de su turno.




       

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