¿Podemos los animales entender las palabras? Cualquiera de ustedes que tenga perro diría que si a esta pregunta.
Alguno de sus estudios recientes revela que un perro normal de compañía, puede reaccionar a más o menos doscientas palabras y con un entrenamiento especial podríamos entender muchas más.
Durante muchos años no tenían claro si reaccionábamos al tono de voz o a las palabras. Pero en recientes estudios, comprobaron que tenemos un entendimiento complejo con respecto a la lingüística de la comunicación.
En la Universidad Húngara de Eotvos Lorand
hicieron pruebas con trece familias de perros que estaban conectados a una resonancia magnética de imagen. Los perros tenían que sentarse sin moverse y sin tener ninguna restricción de movimientos. Aquí descubrieron que los perros procesábamos palabras y tonos por separado.
Cuando los perros oían palabras de recompensa como “buen perro” o “bien hecho” el hemisferio izquierdo de sus cerebros se iluminaba en el mismo lugar que se ilumina a ustedes cuando procesan el lenguaje. Es más, los perros procesamos tonos positivos y negativos y lo hacemos con el hemisferio derecho de nuestro cerebro exactamente como lo hacen ustedes.
En el estudio se comprobó que solo respondemos a las palabras que nos alaban cuando tiene un tono alto.
Los perros no solamente podemos distinguir entre palabras y tonos, sino que también podemos combinarlo para hacer interpretaciones correctas de las palabras. En el estudio Attila Andies concluye que humanos y perros procesamos la información de la misma manera.
Otros estudios demuestran que los perros hacemos mucho más que solo escuchar. Para ustedes si oyen una jauría actuar o reaccionar ante un suceso que está pasando, solo puede oír una cacofonía llena de ladridos y gruñidos pero los perros alternamos tonos para producir una serie de sonidos con un significado muy diferente. Los perros modificamos los tonos, el tiempo y la amplitud de nuestros ladridos para comunicar nuestras intenciones a otro perro.
Por ejemplo, puedo producir un gruñido de comida cuando estoy comiendo, y un gruñido de desconocido cuando un individuo que no conozco se acerca.
Cuando hicieron esta prueba la conclusión fue bien clara. Aquí vieron como cuando un perro está viendo un hueso, con el gruñido de la comida este perro se acerca al hueso, pero cuando el perro está viendo el hueso y reprodujeron el gruñido del desconocido el perro no se atrevía a acercarse.
Nuestra familia más cercana es el lobo que también tiene una manera muy particular para comunicarse. El lobo gris o “Canis Lupus” se encuentra en lugares muy remotos de Europa, Asia, y Norte América.
Hasta hace poco ustedes creían que los caninos descendíamos del lobo gris hace diez mil años. Sin embargo, se demostró en un segundo estudio que los dos el lobo gris y el perro son descendientes de un lobo prehistórico que vivió en Europa hace treinta mil años. Si se fijan y comparan los lobos con los perros se darán cuenta que somos muy diferentes.
Los lobos tienen las piernas larguiruchas, son esbeltos y con patas gordas para caminar largas distancias en condiciones extremas.
Nosotros los caninos saltamos y corremos con entusiasmo, pero con movimientos bruscos y a veces descoordinados. Por el contrario, los lobos son sigilosos y con movimientos suaves y silenciosos. Otra característica de los lobos es que tiene grandes mandíbulas para romper los huesos. Por otro lado, los perros tenemos toda clase de pelaje y color de ojos. Sin embargo, los lobos tienen un pelaje blanco, marrón, negro y gris para poder camuflarse casi en cualquier contorno y sus ojos son amarillo ámbar. Los lobos por lo general son animales muy sociables menos el lobo solitario claro está.
Los lobos dependen de una sociedad con relaciones muy complejas en sus jerarquías para sobrevivir. Normalmente las manadas consisten en dos adultos monógamos, tres o seis juveniles y uno o tres cachorros. Cuando los jóvenes están sexualmente maduros se van del grupo para hacer su propia familia.
Para poder sobrevivir en condiciones adversas donde la comida escasea los lobos tienen que trabajar en conjunto para perseguir y derribar sus presas. A veces durante muchos kilómetros de distancia. Esto lo hacen a través de un sistema muy complejo de comunicación, donde participan tres de sus sentidos.
El primero es su visión, los lobos dependen del lenguaje corporal para compartir las reglas básicas en el grupo, la más básica es que en el grupo hay un líder y sus seguidores. Los líderes son los padres, los viejos, los más fuertes y más sabios que el resto. Se lo recuerdan a sus hijos manteniendo una posición más alta y con sus colas derechas hacia arriba. Otros lobos muestran su sumisión manteniendo sus colas abajo y encorvando su espalda. Los lobos menos dominantes también se acuestan hacia un lado mostrando su barriga para así demostrar su sumisión.
Cuando una loba esta enfadada lo hará saber a otros lobos poniendo sus orejas hacia arriba y mostrando sus dientes. Cuando tenga miedo pondrá sus orejas hacia abajo pegando con su cabeza. Cuando quiera jugar saltará y se arqueara como un perrito.
Los lobos, como nosotros tienen un sentido del olfato casi cien veces más agudo que ustedes los humanos. Esto es aprovechado por las manadas en su favor ya que marcan estratégicamente los árboles y el entorno con su orina y así mantienen sus territorios sin intrusos y no entran en territorios que no les pertenecen.
Y finalmente cuando la loba aúlla lo hace con un definido propósito. Puede ser un lloriqueo para reunir a los miembros de la manada y defender a los cachorros de algún depredador o puede ser un aullido social para saber dónde están los miembros de la manada. Otras vocalizaciones de los lobos pueden ser las madres a sus pequeños para que mamen o en lobos viejos, para indicar sumisión y por último gruñidos para proyectar agresión.
Conclusión
Sabemos que es lo que dicen, pero ustedes no saben que
decimos nosotros. Hace ya mucho que los humanos habéis perdido la comunicación
más básica que les conecta con nosotros los animales y quizás sea por eso que
alguno de ustedes nos trata como si fuéramos objetos.
También existe la posibilidad de que en el fondo nos tengan algo
de envidia y eso hace que nos quieran destruir.
Desde que la tecnología está agarrando fuerza en las comunidades humanas
la comunicación básica se está olvidando y este olvido cada vez hace más grande
la brecha entre animal humano y animal.
Las máquinas no están ayudando a que ustedes se puedan comunicar con
nosotros. Cuando, en realidad todos
somos parte de la armonía del universo que ya existe y no se puede separar o
cambiar. Sin embargo, ya comienza a haber grupos de sus comunidades que
defienden y ven de otra manera esa convivencia necesaria entre animales y
personas. No me refiero a los que tienen
mascotas, puesto que en la mayoría de los casos estas personas tienen estas
mascotas por seguir una moda o para el divertimiento y compañía o sea objetos. Mas bien me refiero a los que están luchando
por que se castigue y se denuncie los abusos que hoy en día se le hacen a mi comunidad.
Si después de leer esto tienes algún comentario, estaría encantado
de leerlo.
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