Jugando en la granja
Jugando en las granjas.
Mis amigas las cabras son seres a los que les gusta jugar y pasárselo bien. Descendientes de las cabras salvajes del Suroeste de Asia y el Este de Europa. Hoy en día las cabras están domesticadas para aprovechar su leche, su carne, su pelaje y su piel en prácticamente todo el mundo. Estos graciosos animales cuando no están confinados en un corral pueden recorrer mucho terreno en busca de comida. Su dieta es en general hojas de pequeños arbustos, en las zonas escarpadas de las montañas donde pocos animales son capaces de sostenerse en pie.
Son animales extraordinariamente inteligentes y agiles. Las cabras siempre están pensativas y se organizan para conseguir la mejor comida que esté disponible. Así es que cuando están en lugares confinados es raro que no estén tramando una escapada por encima de cualquier valla por muy alta que sea. Son animales muy hábiles y se fijan muy bien en las cosas que hacen para imitarse unas a otras. En algunos sitios las cabras son capaces de subirse a los árboles como en marruecos para comerse las hojas.
Cuando las cabras no están ocupadas tramando una escapada, están contentas de estar cerca de la gente que es feliz. Solo con que un humano le sonría a una cabra esta ya estará acercándose feliz y contenta. Estudios recientes revelan que las cabras se comportan un poco como los perros para interactuar y leer a los humanos. En el estudio se les enseñó fotografías de humanos con varias expresiones en las que se incluía a ceñudos y sonrientes. La gran mayoría de las cabras quisieron pasar el tiempo con la gente sonriente dice el líder del estudio.
Esto tiene un gran significado en las interacciones de los humanos con los animales de las granjas. Ya que, les demuestra a los humanos la habilidad de todos los animales para percibir las emociones. Cambia un poco lo que hasta ahora se creía, que solo los animales de compañía podían percibir estas emociones.
Los cerdos también demuestran una gran inteligencia y muchas ganas de jugar. Cuando los cerdos se encuentran en su entorno natural y no en una asquerosa y maloliente granja-fábrica son animales sociables, juguetones, protectores entre ellos, hacen familias, se relajan al sol y se refrescan con baños de barro.
Los cerdos sueñan, reconocen sus nombres, aprenden a hacer trucos como sentarse y dar la pata por un trozo de zanahoria, y viven unas vidas con una estructura social solo visto en primates. Hay documentales donde pueden ver a los cerdos sentir empatía por otros de su especie que se sienten felices o bajo estrés. Incluso les gusta dormir apilados como hacen los perros y les gusta acurrucarse entre ellos.
Las personas que viven en granjas saben de que estoy hablando. Saben que se parecen a los humanos mucho más de lo que la gente de ciudad cree. A los cerdos les gusta mucho escuchar música, jugar con pelotas y recibir masajes. Los cerdos incluso pueden llegar a jugar juegos de videos. Hay varios documentales sobre esto en internet, donde se ve a cerdos manejar con su hocico una bola en la pantalla.
Cuando los cerdos están en un hábitat de tranquilidad y sin miedo a ser sacrificados y comidos juegan felices y contentos como podría jugar cualquier animal de compañía o incluso me atrevería a decir un niño.
Otra faceta de los cerdos es que pueden salvar vidas. Hay varias historias que se saben y existen en internet. La historia de Pru que salvó a su dueña en una granja en Gales Inglaterra, también está la de Priscilla un cerdo que salva la vida de un niño que se estaba ahogando, o la de Lulu que salvó la vida de su dueña cuando le estaba dando un ataque al corazón. Todas estas historias y mas las pueden encontrar en internet. Pero estoy seguro que hay muchas mas que se quedan en el anonimato.
Conclusión,
Estas historias y estos comportamientos de estos animales “domesticados” que viven en las granjas a los que ustedes confinan, esclavizan y sacrifican no son historias casuales que solo ocurren una vez. Son comportamientos e historias documentadas de individuos en todos los lugares del planeta. Se les da poco seguimiento y hasta que no existía internet la gran mayoría de ustedes no tenían idea de lo que estos animales eran capaces de hacer. Yo diría que incluso hoy en día hay mucho escepticismo entre ustedes, no porque no crean las historias que ven en internet o que puedan llegar a ver en la vida real. Sino porque, la gran mayoría de ustedes sacan un beneficio de la muerte de los animales que domesticaron hace miles de años. Y que esta actitud se quedó en la memoria colectiva de la humanidad. Desde un punto de vista animal como el mío, sugiero que la educación a través de libros de texto, publicidad gubernamental y prensa en general explique a la población que el sacrificio de los animales no es necesario para sobrevivir y que matar animales en masa no es una actitud digna.
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